Messi, rey de reyes

El delantero del Barcelona, de 32 años, gana en París su sexto Balón de Oro, a los diez años del primero y tras cuatro fuera del trono. Supera los cinco trofeos de Cristiano Ronaldo

(especial JuanIrigoyen elpais.com)

Messi, en la gala de París, junto a sus seis Balones de Oro.

Lionel Messi se bañó de oro en París. Consagrado como el The Best de 2019 según la FIFA, el 10 del Barça se llevó su sexto Balón de Oro. Lo nunca visto en France Football, que entrega el premio al mejor jugador de Europa desde 1956. Rey de reyes, La Pulga dejó atrás a Cristiano Ronaldo (cinco veces ganador) y duplicó en galardones a Johan Cruyff, Michel Platini y Marco van Basten (tres). No desfiló por París con una americana llamativa ni llegó acompañado por sus padres. Hoy, con 32 años, 10 después de levantar su primer Balón de Oro, la Pulga vuelve a reinar. Messi juega para Barcelona y gana premios para sus hijos, espectadores de lujo en la gala de Francia.

Modric, último ganador. Y aclaró:“Todavía me quedan años, pero ahora parece que el tiempo vuela y que todo pasa más rápido. Espero seguir disfrutando del fútbol, de mi familia y de todo lo que me toca vivir”. El argentino quedó por delante de Van Dijk (Liverpool) y Cristiano (Juventus).

La primera vez que Messi se subió al podio del Balón de Oro fue en 2007, tenía 19 años y quedó por detrás del galardona Kaká y Cristiano Ronaldo. En el Barça mandaba Frank Rijkaard y comenzaba el ocaso de Ronaldinho. Se coronó como el mejor de Europa en 2009, liderado por Pep Guardiola y secundado por Xavi Hernández y Andrés Iniesta. Y repitió en 2010 —sorprendió, entonces, que no se lo llevara el manchego después de coronarse como en símbolo de la España campeona del mundo en Sudáfrica—, 2011 y 2012. Los dos años siguientes miró como CR7 su archirrival, hoy posicionado como un futuro amigo (el portugués asegura que ya habrá tiempo para que disfruten de una cena), le birlaba el cetro.

Recuperó el oro en 2015, después de que el Barcelona de Luis Enrique se apodera del triplete, el segundo de la historia del club azulgrana tras el conquistado por Guardiola en 2009. Messi tenía 28 años y un solo hijo, Thiago, que nació en 2012. Ni Mateo (2015) ni Ciro (2018) vieron a su padre vestido de gala para levantar el Balón de Oro. Y Thiago, que en aquella ocasión se quedó en Barcelona, tiene más presente los vídeos de YouTube que a su padre imponerse frente a Cristiano y Neymar en Zúrich. “El primero fue especial”, aseguraba el capitán del Barcelona. “Pero”, añadía; “sería lindo volver a ganarlo, sobre todo por mis hijos”. Y, en el Teatro de Chatelet de París, lo consiguió.

Messi, junto a su mujer y sus hijos, en la gala de París.Messi, junto a su mujer y sus hijos, en la gala de París. FRANCK FIFE AFP

Messi se unió a la delegación del Barça rumbo a la capital francesa, en la que estaban Griezmann, De Jong y Ter Stegen, junto a su mujer Antonela y sus dos hijos mayores y su hermano Rodrigo. “Big day today”, publicó la pareja del 10 en Instagram. “Quiero agradecer a los periodistas que me votaron. Por supuesto, también a mis compañeros. “Es un orgullo y placer formar parte de la historia del Balón de Oro y de mi club que tanto amo. Hace 10 años recibí mi primer Balón de Oro. Vine con mis tres hermanos, hoy recibo el sexto en un momento totalmente distinto. Con mi mujer y mis tres hijos, que hoy tengo la suerte de que me acompañen. “Este premio es por el amor que tenés a lo que hacés”, le dedicó unas palabras su mujer Antonela, rodeada de sus tres hijos en su casa de Barcelona. El Balón de Oro tiene una trascendencia más glamurosa que futbolística, esencialmente familiar para el rosarino, que sigue obsesionado con la Champions, después de ganar ocho de las 11 últimas ligas con el Barcelona. Sin embargo, cayó estrepitosamente en las pasadas dos ediciones de la Orejona, primero en Roma y después en Liverpool.

Récords pendientes

Es el galardón le llega en el año que menos títulos conquistó: LaLiga y la Supercopa de España, después de caer en la semifinal de la Champions y de la Copa América y de perder la final de la Copa del Rey. En 2012, aunque no levantó ninguna copa de peso (Supercopa de España y de Europa, más la Copa del Rey), le birló el récord al mejor goleador en un año natural a Gerd Müller. Las 91 dianas del argentino borraron del Guinness las 85 que había marcado el Torpedo en 1972. Hay pocas marcas que se le resistan, ya consagrado como máximo ganador del Balón de Oro y de la Bota de Oro, tiene en la mira el récord de Pelé en el Santos (643) como el máximo goleador en un mismo club, suma 614; está segundo en la tabla de artilleros de la Champions, 114 por los 127 de CR7; y le faltan dos Ligas y dos Champions para alcanzar a Paco Gento, que tiene 12 y seis respectivamente.

Messi levantó el Balón de Oro como extremo en 2009, como falso 9 en 2010, 2011 y 2012, volvió a ganarlo como un 2015, como un extremo más mentiroso, acompañando a Luis Suárez y Neymar en el ataque azulgrana. Hoy vuelve a lo más alto de Europa convertido en un futbolista total, a veces ala, en otras enganche, por momentos interior, siempre goleador después de firmar 46 goles (41 con el Barça y cinco con Argentina) y ceder 17 (15 y dos) en 54 partidos en 2019.

Messi ganó su sexto premio en la 64 edición del Balón de Oro masculino y Megan Rapinoe ganó su primero en la segunda ocasión que se premia al femenino. “Estoy triste de no poder estar con vosotros. Todavía no puedo creer haber ganado este premio. Quiero agradecer a todas mis compañeras y a mis entrenadores”, aseguró, por vídeo, la americana, que conquistó el Mundial 2019. De Light tomó el testigo de Mbappé como el mejor novato. Y Alisson se quedó como el primer Balón de Oro para porteros, el único que ganó el absoluto fue el ruso Lev Yashin en 1963.

Messi trascendió a Ronaldinho y a Guardiola, ganó LaLiga sin Xavi e Iniesta (todavía no la Champions) y triunfó sin el Tridente por mucho que eche de menos a su amigo Neymar. Ni tampoco compite con Cristiano, desde que el portugués se marchó a la Juventus. Ya levantó su sexto Balón de Oro, esta vez frente a la atenta mirada del tímido Thiago y del terremoto Mateo. Ya no hará falta que nadie se lo explique a sus hijos que su padre dominó como nunca nadie antes en el fútbol. Después de cuatro años vuelve a mandar en Europa. Reconquista para Leo, Balón de Oro para los Messi.

 

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