La oleada de críticas al cantante colombiano Maluma por su «denigrante» videoclip «Cuatro babys»
«Estoy enamorado de cuatro babys, siempre me dan lo que quiero, chin*** cuando yo les digo, ninguna me pone pero».
Es el estribillo que repite el cantante colombiano Maluma hasta seis veces en su último éxito, llamado «Cuatro babys», junto a los raperos Noriel, Bryant Myers y Juhn All Stars.
«La primera se desespera, se encojona si se lo echo afuera, la segunda tiene la funda y me paga pa’ que se lo hunda», hace la segunda voz Noriel.
Letras que suenan comunes para el tipo de líricas del género del reggaetón, pero que para activistas contra la misoginia y el machismo reflejan el problema: hacen parecer normal la violencia contra la mujer.
«Se normaliza una situación que es violenta, que es bastante agresiva», dice la activista colombiana Lineyl Ibáñez, quien es impulsora de la campaña «Usa la razón» que busca exponer las letras de este popular género de habla hispana.
«Las mujeres escuchamos todo el tiempo un bombardeo y se vuelve una costumbre y de alguna manera normal. Que te estén tratando de perras, que te voy coger del pelo, que te voy a hacer, que te voy a violar, se vuelve algo cotidiano».
Pero a diferencia de muchas canciones de este género que usan este y otros lenguajes de connotación sexual, la canción de Maluma no ha pasado desapercibida.
Se trata de uno de los temas más populares desde su lanzamiento en octubre, con 185 millones de reproducciones tan solo en su video oficial en YouTube.
Peticiones en su contra
La única reacción de José Luis Londoño, Maluma, llegó en sus redes sociales: «Por una cosa o la otra siempre te van a juzgar, solo haz lo que te salga del corazón, lo que te haga feliz. Si hablaron de Jesucristo, ¿por qué te sorprendes cuando hablan de ti?».
Sus palabras vienen después de que varias peticiones en línea plantean que sea retirado su video por el mensaje que difunde, principalmente hacia los jóvenes.
Una de ellas, que en la plataforma change.org ha recabado casi 40.000 firmas en los últimos dos días, califica al videoclip «absolutamente denigrante para el género femenino».
«La figura de la mujer aparece representada como un ente sin valor, ni poder de decisión, que únicamente existe para complacer las necesidades físicas de un grupo de viriles muchachotes con dinero», dice la promotora de la iniciativa, Laura Pérez.
La petición está dirigida a las autoridades regulatorias de contenidos en España, donde Maluma fue invitado al programa de talento juvenil La Voz, para que se retire su video de los medios.
Otra petición solicita que se investigue al cantante colombiano por apología de la violencia de género.
«No se trata de censurar, sino de conseguir una medida ejemplar que haga que los cantantes y productores de este tipo de música entiendan que son agentes sociales, culpables de la imposibilidad de erradicar el machismo en el mundo», escribió Marina González en su solicitud de apoyo.
Otros géneros, «mucho peor»
Maluma ya ha tratado en el pasado el tema del machismo y la misoginia de las canciones de su género musical, pero considera que en el reggaetón no ocurre algo que no se vea en otros estilos.
«Hay otros géneros musicales que ponen a la mujer en una situación mucho peor, pero nadie dice nada porque esas letras no son tan claras. El problema es que los artistas urbanos dicen las cosas como son», dijo en una entrevista con el diario español ABC.
«No expresan opiniones, sino realidades. Es como si acusan de machista a un director de cine que hace una película en la que se reflejan actos machistas«, añadió.
Pero la activista Yolanda Domínguez lo ha tomado con otra perspectiva y retrató en un artículo a la canción de Maluma como «una apología de violencia hacia las mujeres».
«Las describe como meros cuerpos intercambiables y disponibles al servicio del deseo sexual ilimitado, irrefrenable e incontrolable de los varones», dice en su crítica publicada la versión española de The Huffington Post.
Y pregunta a los hombres: «¿De verdad no se les revuelve un poquito el estómago cuando escuchan esto? ¿Se sienten representados de esta forma? ¿No los aterra que sus hijos se eduquen con estos modelos?».